terça-feira, 21 de junho de 2011

CSI Campo Grande

Todos conocen la serie CSI Las Vegas (investigación criminal). Después surgió la CSI Maiame, con el sabe-todo Raquel. Surgió CSI Nueva York. CSI Toronto abortó.
Después del caso del asesino de la cruz, de Aquidauana, fue preciso criar un órgano especial para solucionar los casos más escabrosos, cabelludos y estrambóticos. Así fue criada la sección regional del célebre Centro Criminal de Investigación. Como aquí impera la síndrome de Chacrinha[1] no solo en las fotocopiadoras: Nada se cría, todo se copia, presentamos
CSI Campo Grande
Este es el primer CSI con personajes reales. La idea es que alguien se incomode y procese la página. ¡Por favor!: Alguien procese, con derecho a escándalo, noticia en periódico, policía con sirena, el diablo-a-cuatro, que es para tener éxito.


[1] Chacrinha: Famoso presentador de programa de auditorio televisivo en los años 1960, 70 y 80, con una de sus famosas frases: Nada se cría, todo se copia.

Episodio 1
El maniaco del tereré
Texto de Mario Jorge Lailla Vargas
1
El misterioso serial tereré
Los investigadores estaban todos reunidos en la hora del recreo, en la tradicional roda-de-tereré.
— ¿Ustedes sabían que el Irak si convirtió en el mayor importador de hierba-mate? Pues entonces. Les gustó tanto que están haciendo hasta un carnaval con desfile con carro alegórico y todo. En tres etapas. Primero el abre-ala, el carro-guampa. En el medio aparece el carro-hierba. Y, encerrando el desfile, de una vez por todas, el carro-bomba.
Mal Ciro Chan terminó de contar el chiste cuando el jefe Gláuder interrumpió, chamando los investigadores para atender a una ocurrencia.
— Eh, Glau. ¿También irás. Ya estás confiando en Pauloco. Acabó la paranoia de que tenga una recaída en la manía de ráquer?
— ¡Ay. CSI en tercer mundo no es fácil! Tener de aceptar un menor como perito deja cualquiera escalofriado. Y aún tú como aprendiz. ¿Y Natalia donde está?
— Hablando con el enamorado virtual en internete.
— Más una para caer en el cuento de la foto.
— Así es. Ya dije que la foto que el tipo envía es de Tom Cruise pero en el encuentro quien aparece es Sergio Cruz.
Pasando delante de la puerta de entrada alguien que llegaba preguntó:
— ¿Aquí es el Cié-sai?
— ¡Cié-sai es el cacete! — Ciro, indignado — Aquí es el Ceesseí: Centro Super-especial de Investigación.
— ¡Jajaja! Calma, Ciro.
— ¡A más de los maniacos de siempre aún tenemos de lidiar con los asesinos de la gramática!
Llegaron a una casa popular en la villa Ñañá. Natalia dijo:
— Nel chiste este es el barrio más violento. Es que ñañá, en guaraní, significa peleador, provocador. Ciro, ahora tienes de nos contar cual la apodo que nos dieron. Basta de suspenso. Hasta ahora no descubrí.
— La ciudad ya está nos apodando de Los urubúes, pues basta morir un y en seguida aparecemos, cercamos el área y quedamos al rededor del difunto.
— ¡Es verdad! Los seriados siempre empiezan con un escenario crimen y la pericia ya olfateó y está allí. Podrían apodar también de arroz-de-velorio.
Gláuder:
— Pero en este caso no tiene cuerpo. Tal como en otras ocurrencias, sospechamos de homicidio con escamoteo del cadáver. En el momento tenemos de considerar cada evento desaparición.
Entonces empezaron la barredura, colecta de impresión digital, mirando cada esquina, buscando vestigio.
— No veo el día de tener cámara hasta en las casas más humildes. Facilitará tanto nuestro servicio. — Dijo Ciro.
— Pero estás pensando más en ver mujer desnuda que solucionar crimen. ¿No es?, Ciro. — Natalia, con una risita marota.
Atrás de la puerta, preso con cinta adhesiva, un billete en un trozo de cartón, escrito a pincel atómico:
Quien solo aprecia chimarrón
¡Eh tipo así marrón!
Tenga negra suerte o, si marrón
Un tiro a la moda de Cimarron
Preso con cuerda, en un, ¡chi!, amarrón
Natalia:
— ¡Ay, che dios. Un asesino serial burlón. Solo aquí!
Gláuder:
— Parece que tenemos un serial-quíler del tereré. Bien que los jesuitas llamaban la hierba-mate de hierba-del-diablo. En una ocurrencia anterior un tipo desapareció pronto después de una roda-de-tereré en la calzada. La víctima era quien promovió la tererezada. El billete decía que quien usa caneco como guampa tiene de sumir. Otro desapareció porque tomó tereré con refrigerante. Otro porque la hierba era muy vagabunda. Los billetes están quedando más elaborados, en verso rimado, pero parece ser todo obra del mismo maníaco. En la ocurrencia anterior, cuando desapareció un tipo que no aprecia tereré, el billete decía así:
Quien no aprecia tereré
tipo sensato no es
Tiene temblor nel pie
La cabeza lelé
No tiene samba nel pie
Só faz papel de mané
y no le gusta mujer
Ciro:
— Es como aquellos pitseros muy puristas, que sienten un escalofrío al imaginar el cliente poniendo quetchupe en la pitsa.
En el iemiele del CSI doctora Ligia chupaba agua-de-coco con paja, acostada en la red, pues no había cuerpo para autopsiar. Pauloco hizo la análisis del vestigio colectado.
— En los 9 casos de desaparición solo en 2 había vestigio de sangre, y todos eran del desaparecido, sendo que en un de esos dos el desaparecido no es morador de la casa. En todos los casos, excepto en el más reciente, la desaparición fue después de una roda-de-tereré.
— En toda la ciudad solo si habla nel maníaco del tereré o tererecero asesino. El pueblo ya está con miedo de dar unas chupadas en la bomba. — Dijo Gláuder.
— ¡Á, no. Justo ahora que el tereré fue declarado patrimonio cultural del estado! Debe ser cosa esparcida por los patrones, que no quieren que los empleados hagan la roda y pasen horas charlando tontería. O conspiración de la Coca-cola, para eliminar concurrencia. ¿Ves? En el último ni tenía roda.
— Puede ser que el más reciente desaparecido también tomara tereré, solo que solito. El material colectado para análisis contenía resquicio de hierba-mate. En las otras ocurrencias encontramos fragmentos de polvo indicando se tratar de hierba-mate de tereré. Pero en el caso más reciente hubo una escupida y la análisis reveló hierba-mate, mandioca y tapocó.
— ¿Tapocó. Qué es eso? — Dijeron, en unísono. Natalia explicó:
— En Paraguay el tabaco más popular es vendido sin procesar. Hojas secas. No hay sitio que venda eso aquí, a pesar de la grande colonia paraguaya. El sitio más cerca donde se puede obtener es Pedro Juan Caballero, en la frontera con Punta Porã. No, Ciro, ¡no es hermano del cantor Zeca Baleiro! Por eso Pauloco cree que el serial tereré es paraguayo.
Ciro, más porque tiene rivalidad con Pauloco:
— ¡¿Cual?! Solo falta decir que es porque tiene indicio de que hablaba guaraní en la musculatura de la lengua por causa del esfuerzo en pronunciar el y.
— ¿Y como sabes que es tereré y no chimarrón. No puede ser un gaucho? — Dijo Gláuder. — No es solo por causa de los billetes...
En ese instante llegó Natalia, diciendo que los vecinos atestaban que la víctima más reciente, que morava solita, no tenía hábito de tomar tereré ni chimarrón. Pauloco dijo:
— Gláuder, como no eres tererecero ni chimarroncero, no sabes que en ambos se usa la misma hierba, Ilex paraguariensis. Solo que en el chimarrón la hierba es molida más fino, por eso la bomba chimarrónica tiene agujeritos menores, de modo que si alguien usar la hierba de chimarrón y bomba de tereré acabará tosiendo. Gránulos de la hierba en la garganta es tan irritante cuanto miga nel nariz. Y... — Hizo una careta de suspenso, abriendo tanto los ojos — ¡Mirad! La escupida fue por causa de eso. No la banal escupida de los mascadores de tabaco. Hay gránulos de hierba allá del escupe verde.
— Eso mismo. — Dijo Natalia — La víctima mascaba tapocó.
— ¡Óóóóó! Entonces el adeene de la escupida es de la víctima, no del autor. — Dijo Gláuder.
— ¡Pero es claro! El maniaco es loco pero no es burro.
Nel medio de la tarde el tereré estaba servido pero nadie quería ser el primero a se servir. Natalia ni llegó cerca:
— Eso tiene mucha cafeína y quedo sin dormir en la noche.
Ciro miró de lado:
— Esa cosa es muy afrodisíaca. Para soltero queda medio contramano.
Pauloco:
— Entonces. Mucha cafeína. Dejaré para fin de semana. Tomaré una naranjada.
Mal terminó de hablar y fueron chamados a más una ocurrencia. Numa repartición pública un coquetel molotove incendió la cantina y un funcionario fue visto en última vez con vasito desechable de cafecito en la mano. El atentado fue casi en la medianoche, cuando la cantina estaba desierta y dos funcionarios hacían hora-extra. Un billete atrás de la puerta clamaba contra el costumbre del café:
¿El plata de casa cual es?
No el celebre café
En este auto de fe
¿Qué es. Qué es?
Tereré, tereré
¡Eso es que es!
Pero en ese caso el jefe informó que había una monitoraje con cámara en la puerta de entrada por causa de un problema que no quiso revelar.
Nel otro día el detective Elias Franco entregó un cedé con las imágenes obtenidas en la ocasión. Gláuder:
— ¡Eso es que es profesión buena! Basta dejar la cámara allí. Un marido celoso, un funcionario ladino. Nada muy arriesgado.
— ¡Ustedes que piensan! Tiene perro bravo, espino. Hay vez que trepamos nel muro para instalar la cámara y llega la policía pensando que somos ladrones. Y para empeorar hay los detectives piratas, que ensucian nuestro prestigio con los clientes.
Ciro:
— Solo no entiendo como es que los detectives de verdad flagran todo, consiguen atrapar cualquiera listo, ¿como no consiguen atrapar a los detectives piratas?
— Es... Sabe como es, ¿no?: Casa de herrero espeto de palo.
Como un vendaval atingió el sitio horas antes, la cámara giró un poco, de modo que prácticamente solo enfocaba una pilastra. A pesar de equipada con infra-rojo, solo se tenía la imagen de la pilastra. Gláuder:
— La única certeza es que el tipo quedó atrás de la pilastra algún instante que sea. Ni que la cámara tuviese rayo-x daría para ver...
— ¡Eureca! — Ciro abrió exagerado los ojos — El CSI Maiame debe tener tecnología para resolver eso. Recordad aquel episodio donde fue filmada, con celular, una fiesta de adolescente y allá, lejos, alguien levantó la mano. ¡Entonces el equipe de Raquel enfocó dedón, amplió, amplió nel computador, hasta ver la impresión digital y identificar el tipo! El CSI Maiame es el único lugar nel mundo que tiene esa tecnología tan espantosa. Y fue Raquel quien la desarrolló.
— ¿Pero Raquel no es nombre de mujer?
— Es Horacio pero el apodo Raquel vengó aquí porque pronuncian Oruéitchiou. Y en al acento atropellado americano parecía Ruéitchel, Raquel. Raquel sabe todo, hace todo, es todo. Es el mejor nel tiro, habla castellano, todo sabe y en todo es el mejor, en aquel estilo durón Humphrey Bogart. Creo que, como en Monk, es quien escribe el guión. Entonces la vanidad aflora. Solo no pusieron algún personaje lo llamar de bonitón porque quedaría ridículo con aquella cara de maracuyá seco. Como es muy modesto pedió para decir que fue él quien inventó la técnica pero prefiere quedar anónimo. Y la gente dice que su entrenador solo puede ser Leonardo da Vinci.
— ¡Caramba! Parece que hay sector de peluquero o de lavandería nel CSI. ¡Muy bien! Pero no lo llames Raquel nel imedio, o entonces no recibiremos ayuda.
En un tesapirín bajó, nel computador, el archivo Movie rotator.rar y no perdieron tiempo.
— ¿No dije que Raquel resolvería la cosa? La cámara solo filmó la pilastra y precisamos ver quien está atrás. Raquel dijo que si la cámara tuviese rayo-x daría para amplificar. Pero este programa hace lo siguiente: Marco aquí, tchán, y clicando aquí la imagen gira lateralmente, ¡así. Podemos ver el bandido de espaldas y de perfil!
— Pero no resultó porque está con capacete motociclístico.
2
El tereré es el cebo
El personal quedó discutiendo la estrategia a ser adoptada. Pero todo lo que tenían era un maniaco fanático por tereré. Gláuder:
— Tenemos de actuar pronto. Una hesitación y más una víctima. A más de eso, los productores de hierba-mate están presionando. Hoy recibí una comisión del Mercadón, reclamando de la queda en la venta de la hierba.
— Lamentamos admitir, pero tenemos de llamar Mario. — Dijo Ciro.
— ¡Putz! Toda vez tenemos de chamar Mario, para resolver algún pepino. — Desde aquella vez que ganó la chica de Ciro en un juego de pingue-pongue que no lo vimos más.
— ¡Esperad! Ganó de burla.
— Vamos pronto. Debemos montar una trampa que sea irresistible al tererecero fanático.
Ciro y Natalia fueron encontrar Mario. El tereré fue servido en la mesa del quintal, al pie de la morera. Natalia:
— ¿Cual es el sabor hoy?
— Mora de vez con hoja de mora, jurubeba y rompe-piedra.
— Para Mario el tereré hace lo mismo efecto del espinafre para Popai. — Ciro, mirando de lado, como si procurando algo — Creo que cuando nosotros no mirando pondrá una pitada de súper-cacahuete de Súper-Goofy.
— Tereré es bebida exquisita. Muy superior al café. Se compara al vino en la importancia y en la variedad de sabor que se puede obtener. Esnobismo y necedad es que impiden de se reconocer eso. Es la síndrome de santo de casa no hace milagro. A más de tener anti-oxidante y diversas substancias sumamente benéficas.
— ¿Entonces manera cierta y errada de servir?
— Tiene lo que sería de más buen-gusto. Como la hierba es amarga el costumbre no se esparció nel restante de Brasil. Porque solo tomaban con agua fría. Es cuestión de saber preparar. A final, si cocinar solo fríjol y agua, sin tempero, ¿no queda malo? Con el tereré es lo mismo. Pero haciendo como este aquí, un refresco colado en paño, bien balanceado, agridulce, se torna una merienda. Con mora de vez ni precisa endulzar. Pero experimentemos este otro, con acerola fermentada, que queda muy achampañada.
— Aquel último, con jarope de taperebá, no conseguíamos parar de tomar. — Natalia rasguñó nel sudor de hielo de la jarra, con el dedo.
— Es eso mismo que precisamos. — Ciro expuso el caso — Tenemos un maniaco que está atacando los que desvirtúan y o desprestigian el tereré. Precisamos preparar una trampa irresistible. ¿Pero no es pura locura del tipo. Donde se vio tereré requintado, como si fuese té inglés o japonés?
— Tereré tiene ritual específico, sí. No el formalismo exagerado del té inglés y japonés pero tiene: Es servido en la guampa de cuerno bovino, lijado cuma una hoja del cerrado, que parece lija. Queda bien liso. Se pone la hierba, se inclina 90º, tapando con la palma de la mano, de modo que la hierba se disponga al largo de la pared, se vuelve de vagar, derramando el líquido en la parte que quedó oca, hasta la mitad, de modo que la hierba desmorone a poco. Se tapa la boca de la bomba con el dedo, para barrar el aire en cuanto se va introduciendo nel líquido. Al llegar al fundo se destapa. Toda vez que revolver la hierba con la bomba hay de la tapar con el dedo, para evitar entupir. El líquido es servido de vagar, procurando mantener la hierba superior en máximo de tiempo sin absorber líquido. Al rededor de la mesa el siguiente a tomar es quien está en la derecha. Y así va rodando. Si bien que mi padre cuenta que tenía un hacendero que tomaba, servía al siguiente, tomaba, servía al otro... Si decir Gracias es porque no quiere más. Cuenta de un que dijo así y reclamó que no lo sirvieron más. pero dijiste Gracias. Respondió: ¡Gracias, para agradecer!
Expusieron el caso del maniaco del tereré.
— Hummmmm. No sé... pero está pareciendo algún despiste.
— ¿Despiste?
— Sí. Es que ese idealista no está así tan coherente. Parece más un idealista de polichinelo. Pero, de cualquiera forma, si es partidario podrá morder el cebo. Mi plan es hacer un evento, una exposición. Ahora que el tereré fue tumbado como patrimonio cultural, cae bien un evento con mucha publicidad. Un evento de degustación y palestra. Esa parte dejad conmigo. Pondrán cámaras en ángulos estratégicos para analizar la reacción facial de los sospechosos. Entonces entrará en escena un tererecero torpe. Los que hicieren cara-fea serán sospechosos. Entonces la SUATE Campo Grande se encargará de seguir a los sospechosos. Y para mí será óptimo para divulgar el proyecto de mi libro de oro del tereré.
— Muy bien. Entonces vamos a la sed, para detallar el plan.
Los mejores profesionales de seguridad fueron reclutados. Cada supermercado cedió un experto en vigilar la monitoraje de las cámaras, con agilidad en flagrar hurto de mercadería. Otros, de radio en mano, se encargaban de completar la observación de los no enfocados por cámara y cambiar el enfoque si considerar interesante.
Empezó la palestra, con intervalos de degustación. La abertura fue un cuadro de comedia, sirviendo atolondrado, en un vaso de vidrio. Pronto un sospechoso se destacó, abriendo desmesurado los ojos, poniendo las manos en la cabeza, dando un soplo de enfado y exclamando un indignado, si bien que bajo y discreto: ¡Hijo-de -puta!
Todo transcurrió normalmente, hasta casi el final. Pero he que, de repente, el sospechoso dio un grito pavoroso y corrió, desvariado, a la calle.
Doctora Ligia no sabía explicar qué ocurrió al sospechoso, atrapado luego después de la desvariada corrida.
— Corrió como loco, en dirección al mato. Parece en choque, la mente vacía. ¡Muy raro! Tan raro cuanto el tipo portar un vidriecito de somnífero, que nada tiene a ver con su estado. Imposible somnífero causar ese efecto. ¡Que misterio!
3
Zumbi tereré
Mario llamó a Ciro y subió en la escalera de aluminio para retirar el libro La isla de la magia, de William B. Seabrook.
— Mires aquí, Ciro. Dijiste que el sospechoso tuve un ataque así que un garzón pasó con una bandeja con salgado. Comió un y enloqueció.
— Sí. Y la pericia comprobó no haber salgado alterado ni el tipo fue envenenado o dopado. ¿Como puede haber alteración tan repentina?
— En la verificación de las imágenes se constató que el tipo tenía un comportamiento robótico, medio sonambúlico. Veas aquí, nel libro, cuyo autor viajó muchos años en Haití. Dice que es sabido que no se debe dar alimento salgado a un zombi, pues eso lo hace tomar conciencia de su condición, lo que causa una crisis de desespero. Dos referencias, página 80 y 82, capítulo 2 de la parte 3, La magia negra.
— ¿Comoés. Zombi. Estás loco?
— Olvides el estereotipo propalado por el cine, tebeo y literatura barata. El zumbismo es un fenómeno real. Cuando alguien quería reclutar esclavo usaba (o usa, quien-sabe) un narcótico catalético que destruía el área cerebral de la conciencia. La víctima era tomada como muerta. Pronto desenterraba clandestinamente ese ser, vivo pero en extraño estado comatoso, con comportamiento robótico. Es el zombi, el muerto-vivo. La ignorancia popular, deformaba el fenómeno, criando una superstición, un estereotipo, con aire sobrenatural, creyendo ser un muerto que se levanta de la tumba.
— ¡Caramba. Eso existe de verdad!
— ¿Y quien tendría interés en reclutar zombi aquí? Solamente algún de aquellos hacenderos que utilizan mano de obra esclava.
— ¡Entonces todo aquel asunto de activismo pro-tereré, anti-café, y tal, no pasaba de despiste!
Una paciente investigación descubrió que en una hacienda nel Pantanal trabajaba un ejército de zombi. A través de la misión brasileña en Haití vino el narcótico zumbístico. Un grupo especial zombi fue entrenado para aplicar un somnífero común en una víctima adecuada. Rápidamente una cuadrilla nada zombi robaba el adormecido y en la hacienda era aplicado el somnífero catalético. Por causa de la modernidad, pues hoy el cadáver va al iemeele, no daba para hacer el tradicional entierro seguido de desentierro. Por eso era necesario forjar desaparición misteriosa.
La SUATE Campo Grande desbarató la hacienda pero el hacendero consiguió escapar, no se sabe si con el somnífero catalético, pues apenas algunos frascos fueron encontrados en una caja de zapato de cartón.

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